OUTRUN

Un Ferrari rojo descapotable y una chica rubia a tú lado, ¿podía pedir más un niño de la época como era mi caso? La respuesta es NO.

Recuerdo el primer día que vi el mueble arcade del fantástico juego OutRun por primera vez como si hubiera sido ayer mismo. Fue en un bar-restaurante que tenía dos plantas y la recreativa se encontraba en el piso superior. Esta no era la primera vez que veía un mueble con un volante (era la segunda) puesto que ya había visto y “catado” el también extraordinario juego Pole Position.

Sin embargo este juego era distinto, el coche no era un Formula 1 y tampoco competíamos en circuitos para tal fin. Este juego a pesar de ser de coches con su volante y toda la parafernalia, parecía tener unas mecánicas muy distintas. Pronto lo comprobaría (vamos, lo que me llevo convencer a mis padres para que me dieran una moneda).

Efectivamente la cosa era muy distinta. Pronto se me olvidó el tema de la competitividad puesto que parecía no tener rivales que batir. Por la carretera, que no circuito, adelantaba sin mucho problema a camiones y algunos turismos tales como el “escarabajo” de Volkswagen. Aquello se convirtió en el mero placer de conducir un Ferrari a toda velocidad por bonitos paisajes acompañados de nuestra flamante novia (al menos yo quería pensar que se trataba de nuestra novia) sin preocupaciones aparentes. De lo único que nos teníamos que preocupar era de llegar a unos puntos fijados en la carretera (check points) antes de que el tiempo se acabara. Era tal la sensación de despreocupación y libertad que hasta podíamos escoger el camino a seguir entre bifurcaciones de la carretera.

Este juego creado por el gran Yu Suzuki amante de la velocidad y la marca italiana del caballo, rompió moldes en muchos sentidos, pero uno de ellos fue sin duda lo comentado en el párrafo anterior junto con esos espectaculares gráficos y paisajes de la geografía estadounidense. ¿Quién no recuerda esas puestas de sol, las montañas al fondo o pasar por esos interminables túneles llenos de columnas? Seguro que todo aquel que haya jugado a este arcade no lo olvidará nunca.

Hablando un poco del mueble, quiero comentar que salieron tres modelos. Todos ellos espectaculares aunque los dos en los que nos podíamos sentar se llevaban la palma potenciando la experiencia a límites insospechados.

Por desgracia yo solo jugué al más simple y además tenías que estar de pie, pero eso no restó ni un ápice de emoción a las sensaciones vividas conduciendo el Ferrari más famoso del mundo de los videojuegos.

Pero si estos muebles ya eran espectaculares de por sí (sobre todo en la fecha en la que salieron) no os podéis perder el que SEGA pone en los salones recreativos con la segunda parte del juego.

Yo nunca vi uno de estos en mi vida y es que tenías que tener mucho espacio en tu salón recreativo para meter este pedazo de “monstruo” aunque viendo su espectacularidad, seguro que merecía la pena si se poseían los metros cuadrados necesarios.

Por ultimo decir que si después de ver estos fantásticos y espectaculares muebles te quedas con ganas de más siempre puedes hacerte tu propio “coche OutRun” con el que la sensación de libertad y velocidad serán insuperables.

Un saludo para mis amigos de VicBen Games y todos sus lectores.

Elretroconsolero

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